El “inventor” de la pizarra
James Pillans, (Edimburgo 1778- 1864) profesor de Geografía escocés, tomó una de las pizarritas
con las que trabajaba uno de sus alumnos y se le ocurrió colgarla de la pared, para una
visión más óptima por parte de todos los asistentes a su clase. Por este hecho, es reconocido
mundialmente como el “inventor” de la pizarra.
La pizarra blanca fue inventada por Martin Heit, un fotógrafo coreano al que se le ocurrió la idea
mientras revelaba fotos en un cuarto oscuro. El fotógrafo se dio cuenta de que podía usar un
marcador sobre la película de los negativos, y que si pasabas un paño húmedo por encima, las
marcas se borraban fácilmente. Heit pensó que podía usar esto para poner sobre la pared junto
al teléfono, y anotar ahí los recados
Heit creó así sus primeras pizarras usando negativos de películas. El fotógrafo se preparaba
para presentar su invento, cuando el lugar del evento se quemó la noche antes del estreno. Heit
decidió entonces vender su idea a la empresa Dri-Mark, que en lugar de promocionarlo como
un aparato para tomar recados telefónicos, introdujo la pizarra en el mundo de la educación.
En la década de 1960, las primeras pizarras blancas salieron a la venta, pero no fueron muy
populares, en parte debido a que eran muy caras. No fueron adoptadas de forma masiva hasta
la década de 1990, gracias a preocupaciones de salud. Respirar polvo de tiza por años – como
ocurre con los profesores – puede provocar problemas respiratorios. De este modo, muchas
instituciones reemplazaron sus pizarras tradicionales con estos modelos blancos.
Su evolucion en España
En España, son los centros de enseñanza religiosos los que empiezan por pintar las paredes de
negro y más adelante de color verde. Incluso en la actualidad aún existen para su comercialización
las pinturas verdes o negras “pizarra”.
A partir de ahí se extiende el uso de las pizarras en los centros de enseñanza de una forma
general hasta nuestros días. Si pensamos en un color unificado para las pizarras en los centros
de enseñanza siempre pensamos en el verde. Actualmente, cada zona tiene homologado un
color. Este abanico nos lleva del verde al negro, pasando por el gris oscuro o el azul.
También hemos de resaltar que su uso dio un salto a la empresa, para ser utilizada en reuniones
de trabajo en oficinas, o como soporte visual de órdenes de trabajo en la industria.
Heit creó así sus primeras pizarras usando negativos de películas. El fotógrafo se preparaba
para presentar su invento, cuando el lugar del evento se quemó la noche antes del estreno. Heit
decidió entonces vender su idea a la empresa Dri-Mark, que en lugar de promocionarlo como
un aparato para tomar recados telefónicos, introdujo la pizarra en el mundo de la educación.
En la década de 1960, las primeras pizarras blancas salieron a la venta, pero no fueron muy
populares, en parte debido a que eran muy caras. No fueron adoptadas de forma masiva hasta
la década de 1990, gracias a preocupaciones de salud. Respirar polvo de tiza por años – como
ocurre con los profesores – puede provocar problemas respiratorios. De este modo, muchas
instituciones reemplazaron sus pizarras tradicionales con estos modelos blancos.
Las limitaciones de encontrar pizarras naturales con medidas suficientemente grandes para ser
operativas se subsanan utilizando otros materiales para conformarlas. A pesar de todo, seguirán
manteniendo el nombre del material que les dio origen.
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así es! las pizarras mas allá de ser objetos útiles para transmitir información y conocimiento, representan historia y tradición.